4.17.2006
MERCEDES LA DE MI ALMA
MERCEDES LA DE MI ALMA
Rafael Lam, cronista de la música cubana
Mercedes Cuevas fue la esposa inspiradora de la canción que Miguel Matamoros hiciera famosa muchos años atrás. Ella fue la fuente de inspiración de sus creaciones. Según propias palabras de Mercedes, composiciones como Olvido, Santiaguera y Reclamo místico fueron dedicadas a ella. Así lo escribió hace ocho años el periodista Manuel Portuondo.
Recuerdo en esa década de 1980, en una visita a Mercedes a su casita no. 62 en el Callejón Santiago del Tivolí santiaguero. Mercedes, guitarra en mano descargaba acordes en el propio instrumento que guardaba de Miguel Matamoros, Rey del son y uno de los monstruos sagrados de la música cubana y latinoamericana.
Mercedes tenía el privilegio de escuchar antes que nadie las canciones que inventaba el vate santiaguero. La querida esposa de Miguel siempre atenta –como buena santiaguera- a las constantes visitas que recibía de cualquier lugar de Cuba o del exterior.
La gente siempre pidiendo anécdotas, testimonios fieles de Miguel en sus buenos tiempos que era tan reclamado en todas las plazas, teatros, grabaciones y giras. “Miguelito era muy campechano, muy serio en su trabajo y orgulloso de lo que era. Gustaba de comer muchos pasteles de carne, era uno de sus caprichos. Tomaba mucho ron con cilindrón de chivo, comida de trovadores. Era un tipo bien plantao, se parecía a Carlos Gardel con sombrero y todo. Por ciento que creo que ellos se encontraron allá en New York”.
Mercedes recuerda la vibrante voz del cantor, “muy personal, su voz prima, con un timbre único en los boleros, guarachas y sones. Solamente un Benny More podía competir con el. Su guitarra prima sensacional, con la voz segunda de barítono de Siro Rodríguez. Y el bajo somero de Rafael Cueto, el compositor de Los carnavales de Oriente”.
La compañera de Miguel se quedo muy sola con la perdida de su compañero de la vida, que el 15 de abril de 1971 se despidió de los santiagueros. “Fueron músicos gloria de Cuba, el trío era lo mas grande, abrieron y condujeron el camino de la música que después vino, hasta esa salsa que anuncian por ahí, por esos países de latinos”, decía la santiaguera.
Cuando escucho a esta mujer, me tengo que transportar en el tiempo, en aquellos días de boleros y sones por las cuatro esquinas de la Isla de Cuba y por todo el continente de Norte a Sur. Eran canciones que se escuchaban en todos los trovadores: Mariposita de primavera, Quién tiró la bomba, El que siembra su maíz, Lagrimas negras y las ya nombradas que hacen un catálogo inmenso y se encuentran entre las obras más versionadas, cantadas y difundidas de Cuba. Recientemente ya sabemos la difusión que ha tenido la pieza Lágrimas negras, a través de Diego el Sigala con Bebo Valdés que volvieron a poner el bolero en la cima de la popularidad y el hit parade mundial.
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