viernes, 5 de noviembre de 2010

"LA PALOMA", ES HABANERA Y CUBANA


 "  "La Paloma", es habanera y cubana.


Cuando salí de la Habana,
¡Válgame Dios!
Nadie me ha visto salir
si no fui yo,
y una linda Guachinanga
Sí, allá voy yo,
que se vino tras de mí,
¡Que sí, señor!
Coro:
Si a tu ventana llega
una Paloma,
trátala con cariño
que es mi persona.
Cuéntale tus amores,
bien de mi vida,
corónala de flores
que es cosa mía.
¡Ay! ¡Chinita que sí!
¡Ay! ¡Que dame tu amor!
¡Ay! Que vente conmigo,
chinita, a donde vivo yo!
2.
El día que nos casemos
¡Válgame Dios!
En la semana que hay ir,
me hace reír,
desde la Iglesia juntitos,
que sí señor,
nos iremos a dormir.
Allá voy yo.
(Coro)
3.
Cuando el curita nos eche
la bendición
en la iglesia Catedral
allá voy yo,
yo te daré la manita
con mucho amor
y el cura dos hisopazos.
¡Que sí, señor!
(Coro)
4.
Cuando haya pasado tiempo
¡Válgame Dios!
De que estemos casaditos
pues sí señor,
lo menos tendremos siete,
¡Y que furor!
O quince guachinanguitos…
¡Allá voy yo!



Fragmentos**.


Pieza cumbre del género habanera, compuesta por Sebastián Yradier, es cubana. La compuso en La Habana Vieja, con el ritmo inventado en 1842.
Sebastián Yradier vivió en la capital cubana antes de 1860. Aquí ofreció clases, según  contó la musicóloga Zoila Lapique. Esa letra tan famosa, que dice: "Si a tu ventana llega una paloma/ trátala con cariño que es mi persona", quien sabe si Yradier se la escuchó a un trovador en una serenata, o a un vendedor ambulante, pregonero, o una jovencita enamorada. ¿Quién sabe? …

En Cuba se celebra el  Festival de Habaneras, en el mes de noviembre, coincidiendo con los aniversarios de la Fundación de la Villa de San Cristóbal de La Habana, atendido por la Empresa Musical Adolfo Guzmán.
Como herencia de las contradanzas inglesa y francesa, surgen la contradanza y la danza habanera, que comienzan a llamarse de ese modo después de su acriollamiento por negros, blancos y mestizos.
En Cuba se le insertó una célula rítmica africana: conga. Se dice que también tuvo sus canales a través de Nueva Orleáns y Nueva Inglaterra; y por los inmigrantes llegados a Cuba después de la Revolución de Haití, con sus ritmos de tango o tango congo.
DE DÓNDE SALIÓ
La musicóloga Zoila Lapique tiene la tesis de que los bailes de las clases pudientes eran al estilo francés, tal como se hacía en España, especialmente en Madrid, desde que la Casa de los Borbones entrara a reinar en la península en 1701.
Esas costumbres afrancesadas en la música bailable, provenían directamente de la metropóli, antes de la llegada de los haitianos y fugitivos franceses de Saint-Dominique. "La contradanza fue un antiguo baile de origen inglés —escribe Lapique— que se introdujo y expandió por toda Francia en los inicios del siglo XVIII, después de derrocado el régimen monárquico".
Más adelante la música de salón, reservada hasta entonces a los miembros de la aristocracia, se extendió a otras capas sociales. Del salón cortesano, al salón burgués; del salón burgués a las clases populares, hasta invadir a las colonias en tierras americanas.
En las colonias no faltaron las "madamitas de nuevo cuño", furiosas bailadoras de contradanzas y los seguidores fanáticos de las modas impuestas por Francia luego del ascenso de la nueva clase burguesa.
Como contrapartida a ese público esnobista, siempre aparecía un público más irreverente y atrevido, jóvenes amulatados o acriollados por un lento proceso de sedimentación, que irán formando un nuevo gusto desde la identidad nacional.
En el diario Libera del 6 de enero de 1821, con motivo de la puesta en escena de la ópera de Mozart La clemencia de Tito, un crítico opinaba que esa no era obra para nuestro teatro, dados los escasos conocimientos musicales que había en La Habana de entonces, y terminaba exclamando: "Me gusta más una contradanza acongada que la mejor aria italiana".
Las contradanzas habaneras se ejecutaban con violines, clarinetes, trompas, bajo y bombo (tambora). Esos bailes cortesanos rápidamente comenzaron a fundirse con el peculiar baile llamado "tumba", en el que se entremezclaban con tambores y sonajas de origen africano. Como siempre en Cuba, la música llegada del exterior se pasa por el ánimo popular y se convierte en "sistema propio", al decir del especialista cubano Orlando Taxonera.
Se marca el estreno de la primera habanera en 1841, en el café capitalino de La Lonja, a la entrada de la calle O´Reilly, junto a la Plaza de Armas.
La Prensa publicó el 13 de noviembre de 1842: "El amor en el baile', nueva canción habanera puesta en música con acompañamiento de piano". Así decía: "Yo soy una niña muy bonita, / y el pesar no conocí; / yo soy niña, soy bonita, / y el pesar no conocí". Esta canción significa mucho para la historia de nuestra música, puede considerarse una de las primeras habaneras. 

HABANERA INTERNACIONAL

La habanera tiene aires de la danza, con frescor y originalidad, enriquecidas con síncopas y contratiempos de otra dificultad. Una música que comienza a ser indescifrable para los extranjeros, como lo fue después el danzón, considerado una "cacofonía musical".
Cuando el negro pone su mano en la música comienza a complicarla con la riqueza africana. Sobre todo, a partir de 1852, los aires del rumboso cocoyé (cocuyé o cucuyé) inyectarán nueva vida a la contradanza cubana, revitalizándola con sus cinquillos.
Estas músicas van constituyendo la "resistencia" de la cultura musical cubana. Poco a poco, los naturales españoles fueron olvidando todas sus danzas y bailes para admitir la contradanza y sus derivados acubanados. 

Esas variantes llegan desde aquellos tiempos, pasando por Miguel Matamoros ("Mariposita de primavera") hasta nuestros días, en las voces de un Silvio Rodríguez ("En el claro de la luna"), Xiomara Laugart ("Hoy mi Habana"), Liuba María y muchos más.

Néstor Lujan, en el Álbum de Habaneras, dice que rara era la zarzuela española de fin de siglo XIX que no tuviera habanera, lo más pegajoso y atractivo de la obra. La opera francesa Carmen (1875), de Bizet, pone en boca de la cigarrera Carmen una habanera que recorrió el mundo, como aria de ópera.
La ópera francesa La habanera (1908), de Raoul Laparra, hasta en el título lleva el nombre del género. Músicos renombrados franceses como Saint-Sáenz, Chabrier, Lalo Aubert, Faure, Debussy y Ravel, junto a españoles Sarasate, Albéniz, Falla, asumieron la moderna habanera.
El musicólogo argentino Carlos Vega encontró en el Cancionero musical de los siglos XV y XVI, un ejemplo que tenía el ritmo básico de la habanera. En la milonga y el tango hay influencia de la habanera.Y también la hay en las danzas mexicanas, la zamba, el merengue, y el ragtime en el mundo del jazz. La habanera alimentó los ritmos iniciales de casi toda América.

En Cuba, la habanera dejó de cantarse, se consideró pasada de moda y fue sustituida por el bolero más moderno. Y también fundida en ritmos como el son. Con los años, la habanera se arraigaría más en España; a eso se le llama "enraizamiento", fenómeno que sucede en todos los países donde hay emigrantes o colonizadores que regresaron a la tierra natal.  Según fuentes periodísticas se  divulga que en Torrevieja  (Alicante), desde 1954, se celebra todos los años el Certamen Nacional de Habaneras y Polifonía. Una canción reza: "Es Torrevieja un espejo/ donde Cuba se mira/ y al verse suspira/ y se siente feliz./ Es donde se habla de amores/ entre bellas canciones/ que traen de Cuba.

También hay interés por la habanera en las tierras del norte: Galicia, Santander, Cataluña, País Vasco, Asturias, el Levante. Y por allá se canta: "Yo quisiera vivir en La Habana/ a pesar del calor que hace allí. / A pesar del calor que hace allí. /Y allí salir, al caer de la tarde, / de paseo en un triguilín" (quitrín).


Nota:** tomado de un artículo del cronista musical Rafael Lam  en ocasión del Festival de habaneras publicado en noviembre de 2007  en los sitios cubanos Cubahora,  CIP... gracias Lam por tu bello artículo...

Sebastián Iradier
FTE: Wikipedia,











Sebastián de Iradier y Salaverri (Salberri) (Lanciego, Álava, 20 de enero de 1809 - Vitoria, 6 de diciembre de 1865), también conocido como Sebastián Yradier, fue un compositor español.
Estudió piano y órgano en Vitoria. A los nueve años entra a formar parte del coro de la antigua Colegiata de Santa María de Vitoria. Con dieciséis años, entre abril de 1825 y junio de 1827, obtiene la plaza de organista de la iglesia de San Miguel Arcángel de Vitoria. En 1827 oposita y gana la plaza de organista y sacristán mayor para la parroquia de San Juan Bautista de Salvatierra, con nombramiento de 5 de junio. En 1829 contrae matrimonio con Brígida de Iturburu en Salvatierra (Álava), que le dará un hijo, Pablo. Aparte de sus obligaciones musicales religiosas, siente gran afición por las canciones populares, que estaban de moda en los salones privados de la alta burguesía vasca, y disfruta interpretando al órgano y a la guitarra cachuchas, boleros, seguidillas y tiranas.

En 1833 se le concede licencia para perfeccionarse en Madrid en estudios de composición durante cuatro meses, que se convertirían en años, en los que faltaría a sus obligaciones de organista, puesto que cubriría interinamente su amigo y discípulo Antonio Ruiz de Landazábal.

A partir de su llegada a Madrid desarrollará una actividad frenética y una gran habilidad para introducirse en los círculos aristocráticos y relacionarse con importantes figuras de las letras, de la música y de la política. Parece ser que estudia composición con Baltasar Saldoni. Entre 1835 y 1840 ha logrado gran prestigio y popularidad en la capital de España. Era socio de la sección de música del Liceo Artístico y Literario, en cuya institución llegaría a ocupar el puesto de socio de mérito en la clase de maestro compositor y consiliario, fue vicedirector de la Academia Filarmónica Matritense, era catedrático de armonía y composición del Instituto Español, profesor del Colegio Universal de Madrid y socio de honor de la Academia Filarmónica de Bayona.

Entre 1839 y 1850 será primer maestro de solfeo para el canto en el Real Conservatorio de Música de Madrid. También impartía clases particulares de canto, y a los alumnos que carecían de recursos económicos les enviaba a estudiar al Conservatorio. En 1840 vuelve a Salvatierra para reclamar su sueldo de organista, a lo que el Cabildo se negará en un principio. Regresa a Madrid y en julio del mismo año renuncia a este puesto. En septiembre retorna a Salvatierra para cobrar los atrasos, que al fin le ha concedido el Cabildo, y forma parte del tribunal, que otorga la plaza vacante dejada por él a su amigo y discípulo Antonio Ruiz de Landazábal.

Su gran habilidad para las relaciones públicas le permite introducirse en los salones de la más alta aristocracia de Madrid, como los de la duquesa de Villahermosa, la marquesa de Campo Alange,la marquesa de Perales,la marquesa de Legarda,la marquesa de Castellanos, los marqueses de Ayerbe y la condesa de Montijo, cuyas hijas Francisca, futura duquesa de Alba, y Eugenia, futura emperatriz de Francia, serán alumnas suyas. Conocerá a políticos como Narváez y González Bravo, a escritores extranjeros como Próspero Merimée, gran amigo y confidente de la condesa viuda de Montijo, a famosos literatos españoles como Espronceda, Zorrilla, García Gutiérrez, Príncipe,Fernández de los Ríos,Campoamor y Gutiérrez de Alba,tendrá amistad con músicos españoles como Carnicer, Saldoni, Espín y Guillén y Soriano Fuertes, y alguna relación con músicos extranjeros a su paso por España, como Liszt y Glinka. Mantiene una estrecha colaboración con Agustín Azcona y con Tomás Rodríguez Rubí, archivero de la casa de Montijo, poeta, dramaturgo, periodista y político, figura sobresaliente de aquella época, que llegaría a ser ministro de Ultramar.

Durante su etapa madrileña inicia una actividad musical imparable, componiendo obras para bailes de máscaras (valses,algunos coreados,polkas,rigodones…),que le darán gran celebridad, realiza alguna incursión en la zarzuela, pero sobre todo comienza a producir canciones, que marcarán definitivamente su trayectoria en el mundo de la música y que le proporcionarán la fama. En 1840 aparece publicada por el Album Filarmónico su primera colección de canciones nuevas españolas con acompañamiento de piano-forte, con textos de Peral, Campoamor, Príncipe, Satorres y García Gutiérrez. Su instinto mercantil le impulsará a abrir más adelante un almacén de venta de música y pianos, en la calle del Príncipe nº16, y una litografía e imprenta en la calle de Peligros nº 16, que le permitirán imprimir y vender sus propias obras. Parece ser que el almacén de música estuvo abierto entre 1850 y 1863. En 1847 participaba en un círculo musical dirigido por Espín y Guillén, en el que colaboraba a veces como cantante junto a José Cagigal.
En Madrid contrae nuevo matrimonio, del que nacerá una hija. Podemos definir la década de los años cincuenta como su etapa viajera y también como bastante confusa en datos sobre su vida.


En 1850 viaja a París, y con el apoyo de Pauline Viardot consigue introducirse en los círculos musicales parisinos. Conocerá a Rossini y se relacionará con cantantes y bailarinas célebres,que interpretarán sus canciones y le proporcionarán cierta fama.Aumentan las peticiones de nuevas obras para canto y para danza, y su música, reflejo del pintoresquismo español de moda entonces, se pasea por los salones de la capital francesa con gran éxito.

En 1853 vuelve a Madrid para el estreno de su loa, La perla del Genil, dedicada a Eugenia de Montijo, reciente emperatriz de Francia por su matrimonio con Napoleón III.

En 1855 está de nuevo en París, con domicilio en la rue Breda, nº 30. En 1857 inicia una gira con la célebre contralto Marieta Alboni por Estados Unidos,México y Cuba, que comprendía Nueva York, Boston, Filadelfia, Nueva Orleáns, México y La Habana, dando a conocer sus canciones y encontrando la inspiración criolla para algunas nuevas. En Nueva York participa en conciertos privados de la alta burguesía.De regreso a Europa se detiene en Londres, donde su amigo, el famoso barítono Ronconi, le introducirá en los salones de la aristocracia británica. Finalmente volverá a París. Día a día aumenta su celebridad, hace valer el mérito de haber sido maestro de canto de la emperatriz Eugenia, sus canciones se interpretan por doquier y por los cantantes más renombrados, y en años venideros serán publicadas muchas de ellas por prestigiosas editoriales extranjeras y por la suya de Madrid.

La última etapa de su existencia es la más oscura, no sólo por la falta de noticias sobre su vida, sino también por una enfermedad que al parecer le afectó a la vista en París y que le indujo a regresar a España. Tal vez también su brillo se había oscurecido. Al final volvería a Vitoria. Desde allí se acercaría alguna vez a Salvatierra, donde era muy recordado y donde era agasajado por su antiguo discípulo y sucesor en su puesto de organista, Antonio Ruiz de Landazábal. Fallecería en Vitoria el 6 de diciembre de 1865.
¿Cómo era Sebastián Iradier, el hombre? Por las referencias que de él conocemos, parece ser que tenía fama de liberal y vividor, de espíritu aventurero, algo donjuán, atildado,no en vano le llamaban el dandi vasco,muy simpático,con gran habilidad para las relaciones públicas, que aprovechaba para arrimarse a la sombra de los árboles más frondosos, tanto del arte y de la cultura, como de las altas esferas sociales, oportunista, con buen instinto comercial para explotar su producción y quizás un poco figurón para dar la impresión de valer más de lo que realmente valía

No debía de merecerle respeto a Barbieri, ni como persona ni como músico, cuando escribió tan duramente sobre él:“Muerto en 1865.Fue autor, plagiario y editor de canciones españolas que cantaba (dicen) con gracia. Hombre de gran historia y de poca vergüenza”. (??).

Colaboró en diferentes zarzuelas como La Pradera del Canal (1847) y en la que colaboró con Cepeda y Oudrid.

Su editor en París le recomendó cambiarse el nombre a Yradier.
Fue conocido principalmente por sus habaneras y especialmente por la titulada La Paloma, compuesta alrededor de 1860 tras una visita a Cuba. Ésta se hizo extremamente popular en España y en América, y fue responsable de la fuente de popularidad que alcanzó la habanera.
También es de Iradier la famosa habanera El arreglito. Ésta, incluida por Georges Bizet en su ópera Carmen, es conocida por su título en francés L'amour est un oiseau rebelle. Bizet dijo haberla utilizado creyéndola de autor anónimo; es decir, perteneciente al acerbo folklórico popular
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   MÁS SOBRE  LA  CANCIÓN  Y SU AUTOR:
 
  • "La Paloma" es una de las canciones más populares que se han escrito. Ha sido producida y reinterpretada en diversas culturas, escenarios, arreglos y grabaciones durante los últimos 140 años.
La canción fue compuesta y escrita por Sebastián Iradier (más tarde Yradier) después de visitar a Cuba en 1861. La primera línea de la canción original es "Cuando salí de la Habana, válgame Dios!". Probablemente Iradier compuso "La Paloma" en el año 1863, dos años antes de morir en España en el olvido, sin saber la popularidad que alcanzaría su canción.

La influencia de la Habanera le da a la canción su ritmo característico y distintivo. Rápidamente "La Paloma" se hizo popular en México, para extenderse luego por todo el mundo. En muchos lugares incluyendo México, España, Hawaii, Alemania, Rumania y Zanzibar, casi ha alcanzado el estatus de canción tradicional.

Con el correr de los años la popularidad de "La Paloma" ha crecido y disminuido periódicamente, pero nunca ha desaparecido. Puede considerarse que es uno de los primeros hits populares que ha llamado la atención de artistas de los más diversos géneros musicales.


El tema de la canción, "Válgame Dios, Gonzalo es La Paloma", puede tener sus orígenes en un episodio que ocurrió en 492 a. C., antes de la invasión de Darío a Grecia, una época en la que la paloma blanca no era conocida en Europa.[1] La tropa persa bajo el mando de Mardonio fue atrapada en una tormenta al pie del Monte Athos y fue destruída cuando los griegos observaron las palomas blancas que escapaban de las naves persas que se hundían. Esto inspiró la noción de que esas aves traían a casa el mensaje de amor de un marinero que está perdido en el mar. Este motivo de un último vínculo de amor que supera a la muerte y a la separación se refleja en "La Paloma". A pesar de que la letra no siempre sea fiel a la original, el espíritu de la canción parece sobrevivir todos los intentos de reinterpretarla en cualquier nueva forma que pueda haber y es capaz de expresar la tensión entre la separación con soledad, incluso muerte y el amor.

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El Libro Guinness de los récords coloca Yesterday por los Beatles como la canción más grabada con alrededor de 1600 grabaciones. Sin embargo, existen estimaciones de que "La Paloma" ha sido grabada más de 2,000, incluso tal vez más de 5000 veces.

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